Reconciliándonos con Dios

Bendecido día en Cristo Jesús, que la paz de nuestro Padre Amado este sobre cada uno de ustedes y de sus familias. Esta semana hablaremos de un tema maravilloso y es reconciliándonos con Dios. Empiezo diciendo que todo aquel que vive una vida en Cristo Jesús, cuida como el oro más preciado la amistad, relación y la comunicación con Dios.

Jehová es quien nos escucha cuando no tenemos con quien hablar y empezamos a experimentar la soledad en nuestras vidas. Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Con todo, Jehová me recogerá (Salmo 27:10). A través de Jesús de Nazaret, obtuvimos un regalo divino, un amigo fiel, a quien podemos contarle todo lo que nos pasa cuando estamos tristes por los problemas que se nos presentan en la vida porque solo a través de Él, nuestras cargas son más livianas. Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar (Mateo 11:28). Coloca tu carga en las manos del Señor y Él te sustentará, nunca permitirá que el justo sea sacudido. Honra y gloria colocará Dios sobre ti, si te preocupas por buscar su reino y su justicia porque corona de oro fino pondrá en tu cabeza porque de Él haces tú refugio.

Reconciliación significa la reconquista de la amistad, el amor y el entendimiento entre dos o más personas que se encuentran enfrentados. Te pregunto querido lector: ¿Como ha sido tu reconciliación con Dios? ¿Te reconciliaste con tu prójimo? El que perdona la ofensa cultiva el amor, más el que insiste en la ofensa divide a los amigos (Proverbios 17:9). Dios nos invita a ser compasivos los unos con los otros, que nos perdonemos mutuamente, así como Él te perdono a través de su Hijo. Jesús es nuestro amigo, así también nos ha reconocido Jehová, un amigo no es aquel que te cuenta sus alegrías y sus penas, un amigo es aquel que las escucha, sufre y aconseja.

Ser amigo es Interpretar miradas, entender tus silencios, perdonar errores y secar lágrimas, Jehová nos reconoce como sus amigos, escrito está en la palabra: Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer (Juan 15:15). No somos solo siervos de Dios sino también hijos de Él, Jesucristo desea que cimentemos una relación con Él como sus amigos, amándolo y conociendo más de su corazón.

Hermano, no elegiste tu al Señor nuestro Dios porque fue Él quien te eligió para que llevaras el fruto del Espíritu Santo y así pudieras tener la fortaleza de afrontar todas las aflicciones que se te presenten. Jesús no quiere que lleves una vida improductiva y sin sentido porque en el reino de los cielos tenemos un papel importante que desempeñar, cumplamos con el propósito por el cual fuimos creados. Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí (Gálatas 2:20). El proceso de reconciliación viene de la mano del perdón, perdona para ser perdonado, ama para ser amado, no juzgue para no ser juzgado, ni señalado. Al que no conoció pecado, por nosotros, lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él. Cuéntale a todo el mundo que tienes a un Dios real para que todo aquel que tenga fé en Él, disfrute de vida eterna.

Por medio de la cruz, nos fue otorgado el privilegio de disfrutar la presencia amorosa de nuestro Creador para siempre, fue por medio de la cruz que fuimos reconciliados con Dios, antes vivías sin Cristo, alejados del amor del pacto de la promesa, sin esperanza. Ahora por la Sangre de Cristo derramada, Jehová está más cerca que nunca, es nuestra paz, derribó el muro que separaba al hombre de Él por sus iniquidades, solo por su gracia fuimos salvos. Ya no somos extranjeros, sino somos ciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios.

Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre (1 Timoteo 2: 5).

Por último, te invito a que le demos gracias a ese Padre Celestial que nos dios la vida, nos llenó de su amor infinito, aquel que entrego a su Hijo Amado para el perdón de nuestras rebeliones y para vida eterna. Señor Jesucristo te alabamos, te adoramos, te damos gracias porque eres ese hermano mayor que nos hizo volver a casa, sin importar las consecuencias, fuiste a nuestro rescate, gracias por ser ese ejemplo digno a seguir de un amigo fiel, danos la paz que solo Tú puedes darnos, que sea tu sangre preciosa derramada en la cruz del calvario quien cubra todo nuestro espíritu, alma y cuerpo, purificando, limpiando, sanando todo de nuestras vidas. Te pido Jehová, Rey de Israel que tu Espíritu Santo sea quien toque los corazones de la humanidad para que entiendan oh Dios, que Tú eres real, que sin ti nada somos, que tenemos una salida a todas nuestras dificultades en este mundo y ese eres Tú, Jehová de los ejércitos creador de todo cuanto existe. Protégenos de todo mal, purifica nuestra alma y haznos ser imitador de tu justicia y verdad, te lo pedimos en el nombre de tu Hijo Amado Cristo Jesús. Amen.

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